lunes, 17 de septiembre de 2018

Biografía

El helenismo de Tomás de Aquino
Resultado de imagen para santo tomas de aquino Seguidor de Aristóteles, recogió del pensador griego la idea de que alma y cuerpo forman una única sustancia.
nacio en Roccaseca, actual Italia, 1225 y murio en Fossanuova, id., en 1274
canonizado el 18 de enero de 1323
Teólogo y filósofo italiano. Máximo representante de la filosofía escolástica medieval, abordó brillantemente una profunda y perdurable reformulación de la teología cristiana, que apenas había recibido aportaciones relevantes desde los tiempos de San Agustín de Hipona, es decir, durante los ocho siglos anteriores.
Hijo de una de las familias aristócratas más influyentes de la Italia meridional, estudió en Montecassino, en cuyo monasterio benedictino sus padres quisieron que siguiera la carrera eclesiástica. Posteriormente se trasladó a Nápoles, donde cursó estudios de artes y teología y entró en contacto con la Orden de los Hermanos Predicadores. En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de Federico II para que sus dos hermanos, miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en el castillo de Santo Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los dominicos, a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que obtuvo el título de maestro en teología.
Durante estos años estuvo al cuidado de San Alberto Magno, con quien entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de pertenecer ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta de crítica, del nuevo saber grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba masivamente a las universidades y centros de cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las cátedras reservadas a los dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción de sus primeras obras, en las cuales empezó a alejarse de la corriente teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas de San Agustín de Hipona.
En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de la corte pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien acompañaba en sus viajes. Durante estos años redactó varios comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristoteles, finalizó la Suma contra los gentiles, obra en la cual repasaba críticamente las filosofías y teologías presentes a lo largo de la historia, e inició la redacción de su obra capital, la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado entre 1267 y 1274 y que representa el compendio último de todo su pensamiento.
Tomás de Aquino supo resolver la crisis producida en el pensamiento cristiano por el averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico que arranca del filósofo árabe Averroes (1126-1198). El averroísmo resaltaba la independencia del entendimiento guiado por los sentidos y planteaba el problema de la doble verdad, es decir, la contradicción de las verdades del entendimiento y las de la revelación.
En oposición a esta tesis, defendida en la Universidad de París por Siger de Brabante, afirmó la necesidad de que ambas fueran compatibles, pues, procediendo de Dios, no podrían entrar en contradicción; ambas verdades debían ser, además, complementarias, de modo que las de orden sobrenatural debían ser conocidas por revelación, mientras que las de orden natural serían accesibles por el entendimiento; filosofía y teología son, por tanto, distintas y complementarias, siendo ambas racionales, pues la teología deduce racionalmente a partir de las premisas reveladas.
Imagen relacionadaA medio camino entre el espiritualismo agustiniano y el naturalismo emergente del averroísmo, defendió un realismo moderado, para el cual los universales (los conceptos abstractos) existen fundamentalmente in re (en las cosas) y sólo formalmente post rem (en el entendimiento). En último término, Tomás de Aquino encontró una vía para conciliar la revalorización del mundo material que se vivía en Occidente con los dogmas del cristianismo, a través de una inteligente y bien trabada interpretación de Aristóteles.

Filosofía

EXPOSICIÓN DE SU PENSAMIENTO: CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Santo Tomás de Aquino
Metafísica, ontología, antropología, teología racional, psicología racional, epistemología, ética...
  Santo Tomás (c. 1225-1274) creó uno de los sistemas filosóficos más completos en la historia del pensamiento occidental; al modo de una catedral gótica, con su arquitectura elegante y racional, espigada hacia el cielo, cada concepto está en el lugar que le corresponde,  encaja perfectamente con los demás,  los soporta, y en su interrelación da lugar a un modelo del mundo pocas veces igualado por otra filosofía. Claro seguidor de Aristóteles, Santo Tomás logra de un modo sorprendente hacerlo compatible con la doctrina cristiana, razón que sin duda explica el éxito que pronto tuvo en toda la cultura cristiana medieval y moderna. No es menor mérito de Santo Tomás el equilibrio que parece lograr entre la razón y su ejercicio y la fe y su práctica; los dos ámbitos le interesaron, aunque, sin duda, el motor de su extraordinario esfuerzo filosófico fue la experiencia religiosa que siempre le acompañó. Por su relevancia e influencias en la historia de la filosofía y, más aún, por mostrarnos una posibilidad del pensamiento (acercarse a lo sagrado y absoluto), Santo Tomás es un filósofo imprescindible para todo aquél que se atreva a pensar con radicalidad la vida humana y el mundo. 

Pensamiento

I. EL PROBLEMA DE LA RELACIÓN FE Y RAZÓN

Para Santo Tomás, la distinción filosofía/teología descansa en la separación entre orden natural y sobre- natural: el orden de conocimiento naturalprocede de la razón humana, da lugar a la filosofía y tiene carácter demostrativo; el orden sobrenatural procede de la revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro; algunas de sus verdades están al alcance de la razón, y otras la exceden. Ambos conocimientos provienen, en último término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción. Entre las dos esferas de conocimiento cabe la colaboración, dando lugar a la teología: la revelación puede orientar a la razón y le permite evitar errores; la razón le sirve a la fe para aclarar y defender los misterios de la revelación. Algunas creencias nunca podrán ser demostradas por la razón y otras sí, como los preámbulos de la fe (existencia de Dios e inmortalidad del alma). Habrá dos tipos de teología: la racional o natural, que llega a Dios utilizando una capacidad ligada a la naturaleza humana, la razón; y la teología cristiana o sobrenatural: su fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero usa también de la razón para conseguir un orden científico y como arma dialéctica.

II. LA EXISTENCIA DE DIOS

1. El problema de su demostración. Podríamos pensar que Dios puede ser perceptible directamente por la razón, al modo como vemos las verdades del tipo "los triángulos tienen tres lados"; a estas proposiciones las denomina Sto. Tomás evidentes en sí mismas; en ellas el predicado se incluye en el sujeto pues en la esencia de sus objetos se encuentra la propiedad referida en la proposición. Son, además, evidentes para nosotros cuando las vemos como verdaderas con solo comprender el concepto sujeto. Si la existencia de Dios se incluyese en su esencia, entonces podríamos captar la verdad de la proposición “Dios existe” con la mera comprensión del término "Dios"; algunos filósofos (S. Anselmo p. ej.) creerán que se puede mostrar la existencia de Dios basándose en ese supuesto (el "argumento ontológico"). Sto Tomás mantendrá, por el contrario, que no cabe una argumentación de ese género porque la esencia de Dios no nos es dada con la misma claridad que por ejemplo, la esencia del triángulo. Ello quiere decir que la proposición "Dios existe" no es evidente para nosotros, aunque sea evidente en sí misma (pues es verdad que la existencia se incluye en la esencia de Dios).


2. Las cinco vías. Según Sto. Tomás, la demostración meramente racional de la existencia de Dios no es la adecuada pues no es acorde a las facultades humanas; debemos llegar a Dios a partir de lo más conocido para nosotros, de la experiencia sensible. Sus pruebas (las Cinco Vías) tienen antecedentes en Aristóteles y Platón y son demostraciones a posteriori: parten de los efectos de la actuación de Dios en el mundo para remontarse a Él como causa última. LaTercera Vía comienza destacando uno de los rasgos más importantes de todos los objetos finitos, la radical insuficiencia de su ser, la contingencia: todos los seres existen pero podrían no existir; si existen y podrían no existir es pensable un tiempo en el que no existían; y si nada más que ellos existiera en la realidad, ahora nada tendría que existir. Como este no es el caso, es preciso suponer que exista un ser necesario, un ser que tenga la razón de su existencia en sí mismo y no en otro, y ese ser es Dios. La Quinta Vía parte de la existencia de orden en el mundo natural y de la necesidad de que exista siempre una inteligencia que dirija el comportamiento de aquellos seres que tienen conducta final, conducta ordenada a un propósito. Es el caso de que los seres naturales no disponen de inteligencia, luego han tenido que ser creados por otro ser que les haya dado su disposición al comportamiento más adecuado para alcanzar los fines que les son propios; en conclusión, debe existir una Inteligencia Ordenadora a la que cabe llamar Dios.

III. LA ESENCIA DE DIOS

Santo Tomás quiere defender la posibilidad del conocimiento de Dios sin rebajar la calidad de su ser, evitando dos extremos: afirmar la posibilidad del conocimiento de Dios a costa de aproximar demasiado su ser a las cosas del mundo (con el peligro de su antropomorfización); y separar radicalmente a Dios del mundo, negando con ello la posibilidad de su conocimiento racional. Para ello empleará varios recursos: la afirmación: afirmaremos de Dios únicamente aquellas propiedades puras que no traen consigo imperfección; la negación: obtenemos un concepto negativo de Dios negando de Dios las propiedades de las criaturas que implican imperfección; la eminencia diremos que Dios posee de forma infinita las perfecciones que encontramos en las criaturas. Por su parte, la analogía nos recuerda que las palabras empleadas para pensar a Dios no tienen exactamente el mismo significado que poseen cuando las empleamos para referirnos a las cosas finitas (no tienen un significado unívoco), pero tampoco equívoco, sino analógico, en parte igual y en parte distinto.
Las Cinco Vías suministran otros tantos predicados de Dios: Motor inmóvilCausa incausadaSer necesario y perfectísimoInteligencia suprema. El constitutivo formal es el atributo fundamental, el primero ontológicamente y del que se derivan los demás. El constitutivo formal de Dios es el mismo ser subsistente: en Él la esencia se identifica con la existencia. Esta propiedad es la raíz de todas las demás perfecciones y aquello por lo cual su esencia se distingue de los seres creados, en todos los cuales la esencia es distinta de la existencia. Los atributos divinos pueden ser entitativos u operativos. Losatributos entitativos de Dios se refieren a su ser (simplicidad, perfección, infinidad, inmutabilidad, unidad, bondad, omnipresencia y eternidad) y todos ellos hacen de Dios un ser trascendente al mundo. Los atributos operativos de Dios se refieren a su obrar y son el entender, querer y poder, que dan lugar a su vida divina. Los efectos de la voluntad divina son el amor y el gozo, y sus virtudes la justicia, la misericordia y la liberalidad. La potencia activa de Dios se manifiesta de tres maneras: la creaciónla conservación y la gobernación (providencia).

IV. LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE

1. La estructura de la realidad creada. El Aquinate parte de la contingencia de todo ser finito: la indigencia radical de todo ser finito exige un ser que sea fundamento de sí mismo y de todo lo real, Dios. Todas las criaturas tienen una composición metafísica de esencia y existencia (son contingentes, limitadas) frente al único ser necesario e infinito, Dios, que es la causa de su existencia. Partiendo de Dios, Sto Tomás nos ofrece una visión de la realidad creada en forma jerárquica. Para referirse a los seres creados (compuestos) se sirve de conceptos aristotélicos: acto y potencia, sustancia y accidentes, materia y forma,añadiendo la distinción esencia/existencia. La jerarquización de los seres vendrá dada por su mayor o menor simplicidad y su mayor cercanía al puro existir de Dios. En la cúspide de la creación están los ángeles (compuestos de esencia y existencia), después los hombres (con un alma que es su forma sustancial, unida a una materia). Las sustancias del mundo corpóreo están compuestas de materia y forma. En el hombre la "forma" es su alma y puede existir con independencia del cuerpo; en cambio, los seres sensitivos ―como los animales― o los puramente vegetativos ―como las plantas― tienen formas corruptibles y dependientes de la materia. Las formas de los seres inertes y las formas de los elementos primeros son las más imperfectas. En un grado inferior están las formas accidentales (que necesitan de las substancias para existir) y la absoluta potencialidad de la materia prima, que es pura capacidad de ser.


2. El hombre, imagen de Dios. El hombre se compone de cuerpo y alma espiritual; por el cuerpo se vincula con el mundo sensible y por el alma con el mundo espiritual. Es lo más perfecto en el orden sensible y lo menos perfecto en el orden de las sustancias intelectuales. La concepción del hombre tomista combina la óptica aristotélica y el pensamiento cristiano: a los vivientes les corresponde un conjunto de operaciones distintas de los no vivientes: nacer, nutrirse, crecer, reproducirse, moverse localmente y morir, y en los grados superiores sentir, pensar y querer. Santo Tomás define el alma como el principio de la vida y como la forma de un cuerpo físico que tiene vida en potencia. Es lo que distingue a los vivientes de los no vivientes. Hará mención también a las facultades o potencias activas del alma con los que realiza las operaciones vitales: corpóreas (requieren un órgano corporal), o incorpóreas (el entendimiento y la voluntad). Además del intelecto, dividido en teórico y práctico, el alma humana contiene tres facultades: la voluntad o apetito racional, las facultades de la sensación (vista, oído...) y la sensualidad o apetito sensible. Santo Tomás defiende el dualismo antropológico, pero su posición es más moderada que la platónica al entender que la palabra "hombre" designa la unidad de cuerpo y alma, y no únicamente alma, como era el caso de Platón.


3. El hombre hacia Dios. El hombre se encuentra en el orden sobrenatural por la gracia divina, merced a la cual alcanza un estado de perfección al que no puede llegar por sí mismo, pero ninguna esferas de la actividad humana se pueden comprender sin la referencia de lo humano hacia Dios:

a) Dios como objeto último del conocimiento: la vocación intelectual del hombre hacia Dios se cifra en el hecho de que la teología es la ciencia suprema y la máxima perfección de nuestra inteligencia, pero también porque el conocimiento se ordena a la verdad y Dios es la suprema verdad. Toda verdad está conectada con Dios, pues es el creador, sostenedor y lo que da inteligibilidad a todo lo real; además, conocemos a Dios en todo lo que conocemos, pues el mundo es la "revelación física" de Dios. Finalmente, el objetivo supremo del hombre es la visión de Dios en la otra vida, es decir, un conocimiento puramente intelectual y directo de Él.

b) Dios como objeto último de la voluntad: Dios, por ser el ser superior, es la bondad perfecta e infinita. También la vida moral está dirigida hacia el logro de la beatitud: Santo Tomás defiende un punto de vista teleológico o finalista del universo, pero el hombre es el único ser que tiene conciencia de los fines y de los medios y que puede ser impulsado a la acción por ideas de lo bueno y de lo correcto. La voluntad tiende naturalmente a buscar el bien, búsqueda que sería totalmente caótica sin la intervención de la razón. En relación con Dios (el bien perfecto), Dios mueve la voluntad humana necesariamente. Pero respecto de los bienes menos perfectos, la voluntad no está obligada necesariamente a ir hacia ellos (es libre). La ética se centra en los bienes que permitan al hombre alcanzar su bien último o Dios. En su teoría de las virtudes, el Aquinate sigue a Aristóteles, añadiendo algunos elementos de su perspectiva cristiana. Las virtudes son los hábitos gracias a los cuales el alma puede realizar bien cada uno de los fines a los que tiende. Puesto que en el alma encontramos distintas partes, habrá también distintos tipos de virtudes: las intelectuales o perfecciones del intelecto (arte, prudencia, inteligencia, ciencia y sabiduría), y las morales o perfecciones de las facultades apetitivas (la justicia de la voluntad, y la fortaleza y templanza, del apetito inferior, irascible y concupiscible), y que consistirán en el justo medio entre dos vicios, uno por defecto y otro por exceso. A esas virtudes añade las virtudes sobrenaturales o teologales (fe, esperanza y caridad), que tienen como objetivo Dios mismo, perfeccionan la disposición humana hacia al orden sobrenatural y son infundidas en nosotros por Dios.
c) El hombre hacia Dios por la conducta social: la doctrina política de Sto. Tomás es una síntesis de la política aristotélica y de sus creencias cristianas. El hombre tiene un fin sobrenatural, pero debe conseguirlo mediante su actividad y su vida en el Estado, aunque de forma completa, sólo lo alcanza en la otra vida. El Estado es una institución natural fundamentada en la naturaleza del hombre. El hombre es un ser político que vive en comunidad lo cual exige un gobierno que mire por el bien común. Tanto la sociedad como el gobierno, por ser connaturales al hombre, tienen en último término justificada su existencia en Dios, creador de la naturaleza humana. Como el fin sobrenatural del hombre consiste en conseguir la beatitud eterna, que es competencia de la Iglesia, el Estado, aún siendo autónomo, queda supeditado indirectamente a aquella. Así, el Estado debe guiar y legislar para que los ciudadanos vivan virtuosamente y alcancen el fin que les es propio: la salvación eterna. Las leyes (mandatos que descansan en la razón y según los cuales algo es inducido a obrar), deben, pues, orientarse hacia la consecución del bien común.
Santo Tomás distingue tres clases de leyes: la natural, la positiva y la eterna. La ley natural dirige y ordena los actos de los seres naturales para la adecuada realización de los bienes que les son propios. El Aquinate toma del pensamiento griego la noción de naturaleza como principio dinámico intrínseco que determina el comportamiento ordenado de los seres naturales, a la vez que la idea de que puede utilizarse el criterio de la “naturalidad” para distinguir la conducta buena de la mala: lo bueno es lo natural y lo malo lo contrario a ella. Pero añade a esta idea griega la tesis de que las inclinaciones naturales descansan en último término en Dios, quien por su providencia gobierna todas las cosas y les da las disposiciones convenientes para su perfección. En los seres irracionales la ley eterna inscrita en su naturaleza determina sus acciones de manera pasiva y necesaria, en los hombres descansa en su razón y se realiza a partir de su voluntad y libertad. Santo Tomás interpreta la ley natural como la ley moral, y la identifica con la razón humana que ordena hacer el bien y prohíbe hacer el mal. La ley moral es racional pues es dictada por la razón y natural porque la razón es un rasgo de la naturaleza humana y porque describe las acciones convenientes para los fines inscritos en nuestra naturaleza. La ley natural contiene los preceptos básicos que rigen la vida moral, el primero de los cuales es “debe hacerse el bien y evitarse el mal” y en el que se fundan todos los demás preceptos de la ley moral. Dado que la ley natural se fundamenta en la naturaleza humana, y ésta en Dios, la ley natural no es convencional, es inmutable y la misma para todos (universal). La ley positiva (ley que promulgan los Estados) debe ser expresión de la ley natural para ser justa y buena y, por tanto, no será convencional. La ley natural tiene su origen y fundamento en un orden más amplio: el orden del Universo, orden que es expresión de la ley eterna, ley inmutable que descansa en la propia razón de Dios y de la cual derivan todas las demás leyes. Dios ordena todas las acciones, tanto humanas como no humanas, hacia su fin.

Obras

Imagen relacionadaSanto Tomás escribe su obra entre 1252 y 1272. En esos veinte años desarrolla una ingente actividad productiva cuya máxima expresión es la "Suma Teológica", pero que está plagada de numerosas y pequeñas obras en forma de comentarios, "cuestiones libres" y "cuestiones disputadas", fundamentalmente, en el más puro estilo del tratamiento escolástico de los temas filosóficos y teológicos.

1.- Obras escritas o iniciadas durante su estancia en París (1252-1259):

  • - "De ente et essentia". (Sobre el ente y la esencia) . Escrito en París antes de ser maestro en Teología, o sea, antes de marzo de 1256. Una pequeña obra fundamental para conocer la teoría del ser de Sto. Tomás.
  • "De principiis naturae". (Sobre los principios de la naturaleza). Consideraciones sobre la naturaleza basadas en los libros I y II de la Física de Aristóteles.
  • - "De Veritate". (Cuestión disputada sobre la verdad).
  • "Suma Contra Gentiles". (Comenzada en París)

Resultado de imagen para obrassanto tomas de aquino2.- Obras escritas durante su estancia en Italia entre los años 1259-1268:

  • "De Potentia". Cuestión disputada sobre la potencia. (Comenzada en Roma).
  • - "De Malo". Cuestiones disputadas sobre el mal. (Roma).
  • - Comienza la "Suma Teológica".
  • - "De Spiritualibus Creaturis". (Sobre las criaturas espirituales).
  • "Sententia super De Anima". (Comentario al "De Anima" de Aristóteles).

3.- Obras escritas en París, entre los años 1269-1272:

    Resultado de imagen para obrassanto tomas de aquino
  • - "Sententia libri Politicorum". (Comentario a la "Política" de Aristóteles).
  • "Sententia super Metaphysicam". (Comentario a la "Metafísica" de Aristóteles).
  • - "Sententia super Meteora". (Comentario a los "Meteoros" de Aristóteles".
  • - "Compendium theologiae". (Compendio de teología). (París o Nápoles).
  • -"De unitate intellectus contra Averroistas". (Sobre la unidad del intelecto contra los averroístas).
  • - "Quodlibet" 3, 4, 5, 6 y 12.
  • "Sententia super Physicam". (Comentario a la "Física" de Aristóteles).
  • "Sententia super Peri hermenias". (Comentario a la obra de Aristóteles "Sobre la interpretación").
  • "Sententia libri Ethicorum". (Comentario a la "Ética Nicomáquea" de Aristóteles).
  • "De aeternitate mundi contra murmurantes". (Sobre la eternidad del mundo contra los murmurantes).
  • "Epistola ad comitissam Flandriae (de regimine judaeorum)". (Sobre cómo los príncipes cristianos deben tratar a los judíos).
  • - "De sortibus". (Sobre el azar).
  • - "De substantiis separatis (o De angelis)".( Acerca de las sustancias separadas, o Acerca de los ángeles).
  • - Comienza la 3ª Pars de la Suma Teológica.

4.- Obras escritas en Nápoles entre los años 1272-1274:

  • - Santo Tomás escribe la parte restante de la 3ª Pars de la Suma teológica.
  • "Sententia de caelo et mundo". (Comentario al "De Caelo et Mundo" de Aristóteles).
  • - "Sententia super libros De generatione et corruptione". (Comentario al "De generatione et corruptione" de Aristóteles).

Galería


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linkografías:

https://www.webdianoia.com/medieval/aquinate/aquino_cur.htm
https://www.webdianoia.com/medieval/aquinate/aquino_obras.htm
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tomas_deaquino.htm
https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Minima/Tomas-resumen-minimo.htm
https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/Principal-Tomas.htm